¿Qué son los probióticos?
En la actualidad, en el ámbito de la legislación de seguridad alimentaria de la Unión Europea no existe una definición de probiótico. Como referencia, podemos tomar la definición que figura en el libro de la FAO/OMS “Probióticos en los alimentos: Propiedades saludables y nutricionales y directrices para la evaluación”, que se utilizó como referencia en varias reuniones de expertos científicos internacionales en 2001-2002, que trataron este tema.
En dicha referencia se consideró que los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades apropiadas como parte de un alimento, confieren al huésped un beneficio para la salud’.
El término “probiótico” se utiliza de forma general y se refiere a especies bacterianas, cepas bacterianas o especies de microorganismos vivos, como Lactobacillus bulgaricus, Lactobacillus rhamnosus, etc.
Los probióticos pueden formar parte de la composición de distintos tipos de alimentos, entre los que se incluyen los yogures, el kéfir y otros productos alimenticios consumidos de forma habitual como parte de la dieta.
¿Qué es la microbiota?
La microbiota es el conjunto de microorganismos que se encuentran generalmente asociados a tejidos sanos (piel, mucosas, etc.) del cuerpo humano. Los microorganismos residen en estos lugares de forma más o menos permanente y en algunos casos realizan funciones específicas.
Sobre el papel de la Flora Intestinal o microbiota
Las bacterias viven normalmente en el cuerpo humano (así como en el de los animales superiores y los insectos), incluido el aparato digestivo, donde existen más de 400 especies bacterianas (Tannock, 1999): más de la mitad del peso de la materia que se encuentra en el colon corresponde a células bacterianas cuyo número es diez veces superior al de las células de los tejidos que constituyen el cuerpo humano. El estómago contiene normalmente pocas bacterias (103 unidades formadoras de colonias por ml de jugo gástrico), mientras que la concentración bacteriana aumenta a lo largo del intestino hasta llegar a una concentración final en el colon de 1012 bacterias/g. La colonización bacteriana del intestino comienza con el nacimiento, ya que los recién nacidos permanecen en un medio estéril hasta que comienza el parto, y continúa durante toda la vida, con cambios notables en función de la edad (Mitsuoka, 1992).
Las bacterias, que forman la denominada microflora intestinal residente, no suelen tener efectos nocivos agudos, y se ha demostrado que algunas de ellas son necesarias para mantener el bienestar de su huésped. Cabe citar como ejemplo de la función beneficiosa de la microflora intestinal lo que se ha denominado la «resistencia a la colonización» o “efecto de barrera” (van der Waaij et al., 1971; Vollaard y Clasener, 1994), en referencia al mecanismo que utilizan las bacterias ya presentes en el intestino para mantener su presencia en ese medio y evitar la colonización de esas mismas zonas intestinales por microorganismos ingeridos recientemente, incluidos patógenos. Puede leer el documento completo “Probióticos en los Alimentos” (ESTUDIO FAO/OMS ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN, ISSN 1014-2916) en el siguiente vínculo:
Información referenciada sobre probióticos y flora intestinal
Puede encontrar información adicional de calidad sobre probióticos y flora intestinal en los siguientes enlaces:
- En las Guías Mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología: https://www.worldgastroenterology.org/guidelines/global-guidelines/probiotics-and-prebiotics
- En la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN):
http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/probioticos.htm - En la Organización de las Naciones Unidas (OMS/FAO) para la alimentación y la agricultura:
https://www.fao.org/3/a0512s/a0512s.pdf